domingo, 29 de noviembre de 2015

Síntesis de Juan Deval

Sobre del sustrato de su naturaleza animal el hombre ha ido produciendo la cultura, acumulando conocimientos y recogiendo la experiencia de sus antepasados, aprovechando sus características animales, y en particular su capacidad de adaptación, ha sido construir su inteligencia, y con ella sus presentaciones muy adecuadas al medio ambiente; colaborando con los otros ha podido realizar empresas que resultaban inabordables para la actividad del individuo solo.
La existencia de un medio social resulta indispensable para el desarrollo de un ser que es tan frágil cuando llega al mundo, y que no podría sobrevivir sin que los otros le prestaran una continua atención durante varios años. Muchos animales se ocupan de sus crías de forma adecuada para aumentar las posibilidades de que sobrevivan, pero generalmente durante un periodo breve.
En los hombres también los comportamientos no son tan automáticos, aunque existen también conductas de este tipo, pero sus acciones están siempre mencionadas por la cultura, de tal manera que la actividad del hombre es siempre un complejo entramado de interacciones de la naturaleza y la cultura que con ella han creado. Así las propias formas de cuidar al niño y de impulsar su desarrollo son un resultado de la historia
La historia de la infancia
Algunas creencias religiosas consideraban la infancia era una etapa peligrosa, ya que habíamos nacido con el pecado original y que solo mediante nuestras obras podríamos liberarnos completamente de él. Pero hoy en cambio son muy escasas. La vida de la gente en la sociedad occidental se ha complicado de tal manera que tener un niño es algo que altera la vida y constituye una decisión muy importante. Antes los niños venían naturalmente y no había que tomar una decisión; la sociedad estaba hecha para tener niños y lo raro era no tenerlos. Las diferentes situaciones sociales cambian nuestra concepción de infancia.
El historiador francés Philippe Aries puso en manifiesto que la concepción de infancia que tenemos es reciente que se remonta del siglo XVII o XVIII. En el libro que Aries publica sobre el estudio de los niños en esos siglos sostenía que en la época medieval no existía el sentimiento hacía la infancia tal y como hoy lo conocemos y que los niños eran considerados como algo divertido que no se diferenciaba mucho a un animal. Si el niño moría, que era algo que sucedía muy a menudo en los primeros años, la familia podía sentirlo pero no constituía una gran drama y pronto un nuevo hijo lo reemplazaría. Lo único que los diferenciaba de los adultos era que sus fuerzas eran menores y que no podían hacer una serie de cosas que estaban al alcance de los adultos. La educación de los niños eres diferente según las distintas clases sociales. En la clase alta los niños convivían muy poco con sus padre, mayormente tenían amas y criados quienes se ocupaban de ellos. Y las relaciones afectivas eran frecuentemente muy escasas o casi ni existía. En la clase baja el niño convivía estrechamente con el adulto desde su nacimiento y también con los hermanos mayores que a veces se ocupaban de ellos.
La formación de los niños en las clases bajas era directamente con los padres, participando en las actividades o trabajos que ellos tuvieran. Las escuelas apenas y existían y estaban reservadas a solo a unos pocos y en ellas no se establecían divisiones por edades, si no por el nivel de conocimiento, y podían convivir en la clase chicos de 8 años junto con jóvenes de 18, ambos aprendiendo a leer.  Todo esto Aries lo apoya no solo en documentos de la época si no también en el análisis de las representaciones de los niños en pinturas y esculturas.
El estudio de los niños
En consonancia con esta concepción de infancia, el estudio sistemático del desarrollo infantil no ha comenzado hasta una época reciente, de tal forma que puede considerarse que la psicología infantil tiene poco más de un siglo. Posiblemente esto se deba a que a ser algo tan familiar y cotidiano no resulte llamativo, ni se haya considerado digno de atención y de estudio sistemático. Posiblemente el desarrollo se ha considerado un fenómeno tan espontaneo que no cabía detenerse en él, mientras que lo extraordinario e inusual es más fácil que se convierta en un objeto de conocimiento.
Las primeras observaciones
En los autores griegos y latinos aparecen algunas observaciones dispersas sobre el desarrollo de los niños relacionados casi siempre con la educación. Aristóteles se ocupaba de los problemas educativos en varios lugares de su obra con el objetivo de contribuir lo entendía como la formación de hombre libres. Establece distintos periodos, y por ejemplo señala que en el primero, que dura hasta los 2 años, conviene ir endureciendo a los niños, acostumbrándolos a  ciertas dificultades como el frio. Sus comentarios son de este tipo:
En el periodo subsiguiente, hasta la edad de los 5 años, tiempo en que todavía no es bueno orientarlos la estudio ni a trabajos coactivos a fin de que esto no impidan el crecimiento, se les debe, no obstante, permitir bastante movimiento para evitar la inactividad corporal; y este ejercicio puede abstenerse por varios sistemas, especialmente por el juego. La mayoría de los juegos de la infancia deberían de ser imitaciones de las ocupaciones serias de la edad futura.
Se trata generalmente de observaciones dispersas y que no tiene como fin el conocimiento del niño en sí mismo sino más bien indicar como se les debe de tratar para formar adultos que reúna las cualidades deseables en esa sociedad.

La observación sistemática consiste en que se observe al desarrollo de un individuo en este caso los pedagogos observaron el comportamiento de sus hijos como Pestalozzi, pero esos intentos muestran que el interés por el desarrollo del niño era muy creciente y posiblemente existen otros muchos diarios de esa época que no han sido publicados. Un hito importante en la constitución de la psicología evolutiva fue el trabajo realizado por el filósofo alemán Dietrich.
 En el siglo XIX el ambiente era muy propicio para que apareciese una teoría sobre la evolución y el cambio en la naturaleza. La idea de que los seres vivos se modifican a lo largo del tiempo es más antigua y puede remontarse los primeros filósofos griegos, pero a comienzos del siglo XIX había adquirido una nueva fuerza gracias a los trabajos de Lamarck del defensor del darwinismo Ernest Haeckel formulo la llamada ley biogenética.
La segunda parte del desarrollo del lenguaje en la especie tiene, en cambio, un carácter mucho más general y especulativo, por la debilidad de los datos en los que se apoya, y presenta por ello un interés considerablemente mejor.
Estos estudios consistentes en biografías de sujeto normales estudiados por alguno de sus familiares, hay otra fuente para conocer el desarrollo del niño, fuente que aparece incluso antes de los trabajos a los que nos estamos refiriendo





PUNTO DE VISTA INVESTIGAR DESDE UN ENFOQUE HISTORICO-SOCIAL CON RESPECTO INFANCIA-ADOLECENCIA.

Según delval el hombre aprovecha su capacidad de adaptación y gracias a ella ha sido capaz de construir su inteligencia.
Hasta hace algunos años la concepción que se tenía del niño era que estos eran débiles por lo que se les descuidaba y por lo tanto,  morían a muy temprana edad, algunas creencias consideraban que la infancia era una etapa muy peligrosa.
El descubrimiento de los métodos anticonceptivos ha dado pauta a la elección de la maternidad, y así a tener mayor conciencia y cuidado de los niños.
Los niños no asistían al escuela y en su lugar aprendían oficios de sus padres.
La educabilidad se refiere a la capacidad del ser humano de configurarse, de llevar a cabo aprendizajes nuevos, de modificar su forma de conducirse, de hacerse como persona en un proceso abierto. Es pues una consecuencia de la plasticidad del sistema nervioso central, pero su concreción nada tiene que ver con patrones más o menos rígidos, habida cuenta que la rigidez hereditaria ha sido superada. Un concepto relacionado es el de educatividad, que se refiere a las características del que educa (educador) para que la educación se lleve a cabo. Las razones de la educabilidad las podemos encontrar en la indeterminación inicial del ser humano, que obligó a éste a actuar sobre el medio para llevar a cabo su autorrealización. Por otra parte, debido a las condiciones que le imponía su entorno físico, en algún momento de su desarrollo filogenético puso en marcha estrategias intelectuales para solucionar las dificultades de carácter práctico que el medio le exigía. Así pues, la capacidad de reflexión junto a la apertura a su ambiente, impulsaron al ser humano a pensar sobre su comportamiento y su entorno, valiéndose del almacenamiento y el recuerdo de experiencias. Ello dio origen a que el hombre generara modos de comportamiento hasta entonces inéditos y estableciera relaciones sociales con los demás. De esta forma se abrió la posibilidad de diseñar y recrear su mundo para cubrir sus nuevas necesidades y también para imaginar el pasado e interpretar su papel en el mismo. Como sería una tarea inabarcable que el ser humano tuviese que aprender en cada acción el modo de comportarse, se ve obligado a desarrollar estrategias adaptativas y funcionales tales como la discriminación y la generalización de experiencias, haciendo que su adaptación sea más eficiente. De ello se ocupará la educación, des individualizando al sujeto para que se integre en el contexto social y también para que sus comportamientos se asemejen a los de los demás. A través de la educación el individuo puede actuar y dominar, de una forma ordenada y funcional, el medio que le circunda. Mediante la técnica ha logrado adaptarse a lugares en los que las condiciones de habitabilidad eran muy duras. Gracias a esta interdependencia entre el individuo y el entorno, la educación es factible porque le permite desprenderse de las ataduras de su primigenio nicho ecológico.



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